He tenido la suerte de entrevistarle, la verdad que me ha encantado. Puedo confirmaros que a parte de buen actor es muy buena persona. Espero y deseo que disfrutéis de mi humilde entrevista.
¿A que edad y por qué empezaste a sentir interés por la interpretación?
Creo que fue algo progresivo y por causas diversas.
En mi casa no hubo televisión hasta que yo tenía catorce o quince años y eso hizo que desarrollara mucho la imaginación y la creatividad en el espacio del juego. Gravaba programas de radio retransmitiendo partidos de futbol inventados, con los playmobil construía mis primeras pequeñas dramaturgias y las actuaba, y con mi hermano y amigos preparábamos algún espectáculo casero haciendo playback y se lo mostrábamos a nuestros padres en el comedor de casa. Eso sumado al echo de que mis padres nos llevaron mucho al teatro y a conciertos, tanto a mi hermano como a mi; y sumado, a su vez, a una sensibilidad particular, la mía, por el gusto de la palabra, tanto escrita como hablada, fue poco a poco despertando el interés y las capacidades para dedicarme a lo que hoy en día es mi profesión.
¿Que dijeron tus padres cuándo les dijiste que querías ser actor?
Fueron muy respetuosos con la decisión, que además fue doble, ya que mi hermano también les comunicó, al mismo tiempo, el deseo de ser actor. Nos ayudaron mucho mientras preparábamos las pruebas de acceso al Institut del Teatre de Barcelona, y a día de hoy son nuestro público más fiel.
¿Cuál ha sido el papel más importante que has hecho a lo largo de tu carrera?
Entiendo que el personaje más importante es el que uno está interpretando en el momento actual, porqué es absoluto presente y necesita el cuidado diario para crecer, como por ejemplo el personaje de mi mismo, en un monologo que estoy ensayando ahora sobre mi viaje a Argentina.
Evidentemente, si echo la vista atrás, reconozco los personajes que he echo y cada uno de ellos me trae a la memoria una historia tanto profesional como personal, como pueden ser los muchos personajes de teatro que he interpretado en distintas obras como el personaje de Wozzeck de Georg Büchner, el Ramonet, de "L'Auca del Senyor Esteve" de Santiago Russiñol, entre otros.
Y después están aquellos personajes por los cuáles, la gente, el público, más te reconoce porqué son más visibles gracias a la televisión, como el personaje de Jonás en "Velvet" o el de Andrés en "Gran Hotel".
A mi me conquistaste por tu papel de Jonás en Velvet... ¿Que recuerdo tienes de esa serie?
Es curioso hablar de "recuerdo", porqué a día de hoy, Jonás es más presente que nunca ya que estoy a un mes de retomar las grabaciones de lo que será "Velvet Colección", una nueva etapa de "Velvet" en Movistar Plus, con algunos de los personajes originarios y personajes nuevos.
A la hora de preparar un personaje... ¿Que pasos sigues? No soy nada metódico. Es algo que a veces me crea ciertas dudas, por si debería tener un método. De momento, cada personaje tiene su método en particular.
Por ejemplo, para el personaje de Jonás, que es muy hábil con la aguja, contacté con un sastre de teatro que conocía y fui un par de días a su taller para trabajar un rato con él, cortando tela para coser unas batas de colegio y me enseño a utilizar la máquina de coser con ejercicios que él hacía cuando aprendió. O en una obra de teatro, en la que era un joven escultor, había un momento que tenía un monologo pequeño sobre distintos pintores y escultores vanguardistas. El ayudante de dirección de ese montaje me dejó un montón de libros de historia del arte donde se teorizaba sobre ellos y las aportaciones de cada uno y eso me ayudó mucho para darle al monólogo sentido y profundidad.
En "Las dos Bandoleras" de Lope de Vega, que estrenamos en el antiguo Teatro Clásico (Teatro Pavón) mi personaje, enamorado, había un momento que lanzaba un llamamiento a la noche estrellada y a la naturaleza en pro del amor hacía su amada. Me fui un par de días al monte y bajo un cielo estrellado de verdad, recité ese pasaje de la obra varias veces.
¿Cuál fue tu primer papel en una serie?
Mi primer papel, fueron un par de capítulos en una serie que duró muchos años en Cataluña, "El Cor de la ciutat".
¿En qué película o serie te gustaría participar?
En "Juego de Tronos"
¿Con que director te gustaría trabajar?
Me gusta mucho el lugar y el tono desde donde cuenta las historias Iciar Bollaín en sus películas. Y de teatro, me gustaría trabajar con Pablo Messiez.
¿Cuál es tu filosofía de vida?¿La cambiarías si fuese necesario?
Mi filosofia de vida es, en sí misma, cambiante. Yo no soy el mismo que hace cinco años, ni hace cinco años era el mismo que hace diez. He tenido experiencias, aprendizajes, que me han echo evolucionar, cambiar y aprender, y por supuesto, pensar distinto, en cada etapa de mi vida. Cada vez me resulta menos angustioso darme cuenta de que algo que hace tiempo pensaba de una forma, actualmente, es completamente contradictorio.
Si que hay algo que he ido aprendiendo e intento llevar siempre conmigo: El cuestionamiento profundo de mi mismo y de lo que me rodea.
¿Una película que te haya marcado?¿Por qué?
Me viene a la cabeza "Despedidas" de Yojiro Takita. Me ayudó a tener otra perspectiva menos oscura y fatal de todo lo que tiene que ver con la muerte de una persona y con la muerte en general.
¿Cuál era tu referente en la interpretación cuándo eras niño?¿Sigue siendo el mismo?Cuando era pequeño no pensaba en esos términos. Yo me ocupaba en jugar y pasarlo bien. Por supuesto tenia mis héroes y personajes favoritos, que no eran televisivos porqué no tenía televisión. Me apasionaban las historias de Tintín.
Un referente claro, aunque no de la interpretación, fue un locutor de radio, Joaquim Maria Puyol, que narraba los partidos del Barça y yo después le imitaba en casa grabando mis propios partidos en una cinta de cassette.
Preguntas rápidas:
¿Playa o montaña?
Montaña
¿Un sueño?
Subir el Monte Everest
¿Un lugar?
Bellver de Cerdanya (Catalunya)
¿Una persona?
Solo una? Que difícil! En homenaje a ella; la madre que me parió!
¿Una manía confesable?
Morderme las uñas. Las Ruffles jamón jamón
¿Una película?
"Train de vie" de Radu Mihaileanu
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